¡Dime lo que sientes pero dilo ya! No esperes a que me vaya de tu vida. No esperes a que decida seguir mi camino…

Grita hoy que estoy cerca porque quizás mañana no te escuche o simplemente no quiera escucharte. Me quieras, me ames o me odies... Solo dilo. No te calles lo que sientes y tampoco le quites la oportunidad a mi corazón de saberlo. Si me quieres en tu vida, aférrame a ella. Yo estoy dispuesto a quedarme. ¡Pero solo dilo! De igual forma si me quieres fuera de ella, échame, bótame, sácame, pídeme que me vaya. ¡Pero dilo! Ya no calles más. Porque tu silencio me está matando lentamente.

No te quedas pero tampoco te vas. No luchas pero tampoco te rindes. No me das la mano pero tampoco me sueltas. No estoy en tu vida pero tampoco fuera de ella. No tienes palabras pero en tus ojos veo lo que callas. Entonces ¿por qué no hablas? ¿Por qué callas? ¿Por qué me niegas la última oportunidad de escuchar de tus labios lo que realmente sientes? Jamás tienes las palabras y yo me estoy quedando sin ellas... Y cuando eso pase ¿qué harás? ¿Seguirás callada? ¿Dejarás que el silencio acabe por matar estos dos corazones que a gritos piden amor? Dos corazones que a gritos piden felicidad… Que a gritos piden vivir. ¡Dime! ¿Seguirás callada cuando ya no tenga más que decir?